Los que hemos patinado y patinamos sabemos el valor de una buena tabla, no hace falta ni que sea buena, simplemente apreciamos nuestras tablas porque en algún momento fueron parte de nosotros, como una extensión de nuestros pies. Se llegaron a conocer tan bien que se adaptaban a la perfección. Pero las tablas se rompen, se desgastan, y se quedan viejas, algunos las reparan otros las guardan por su valor sentimental.
Foto: Apartmenttherapy
Hoy os traemos una bonita y original idea para lucir y rememorar viejos tiempos con las tablas viejas de patinar. La idea es muy básica y sencilla, se trata simplemente de utilizar la tabla vieja como balda.
De esa forma le damos una segunda vida a esa tabla que compartió tantos buenos momentos con nosotros y le damos a entender a todo el que entre en nuestra casa, cual es uno de nuestros hobbies favoritos.