Si vamos a reformar la cocina o a comprar una nueva, antes de elegir el tipo de cocción que queremos tenemos que tener en cuenta varios factores, a no ser que lo tengas totalmente claro y ya te hayas decantado por uno.
Lo primero que debemos tener en cuenta es el uso que le vamos a dar y el tipo de alimentación que vamos a cocinar más habitualmente. Por ejemplo, si eres un enamorado de las paellas, con una vitrocerámica lo vas a tener difícil.
Una vez tenemos eso claro, ya solo falta conocer las diferencias entre unas y otras.
Las placas de gas, la cocina tradicional, son las más económicas, y las que menos energía consumen. Además ahora incorporan sistemas de seguridad bastante importantes, como el cierre del paso del gas cuando ocurre alguna anomalía, o el apagado automático si detecta que funciona más tiempo del normal.
También tenemos las vitrocerámicas, en las que hay dos tipos, las normales y las vitrocerámicas por inducción.
Las diferencias entre ambas son notables. Primero su precio, las de inducción valen el doble que las normales, también cabe destacar que calientan el doble de rápido y consumen menos energía. Y además no hay peligro de quemarse ya que la placa siempre permanece fría.
Estas son a rasgos generales las diferencias más significativas e importantes entre estos tres tipos de cocina. ¿Ya sabes cuál quieres?