Cuando un proyecto se ejecuta con profesionalidad, 90 m² dan mucho de sí, aunque sea para una familia de 4 personas, como vamos a ver en este piso familiar diseñado por el estudio Layra Yerpes, el cual está lleno de acertadas soluciones que aprovechan y optimizan el espacio y del que podemos sacar buenas ideas para extrapolarlas a nuestra vivienda.
Las claves: Añadir elementos multifuncionales cubriendo varias funciones en el mínimo espacio y saber emplear las herramientas adecuadas para diseñar el espacio con inteligencia.
El hall, separado del salón por unos listones de madera, presenta una de las soluciones polivalentes que ejecutó el estudio para aprovechar los metros disponibles: Una estantería blanca hasta el techo, separa la escalera a la segunda planta, y ofrece una gran cantidad de espacio de almacenamiento de forma elegante y práctica.
Subiendo por las escaleras a la segunda planta, se encuentra la zona de noche, los dormitorios, que cuentan con un estilo sobrio, acogedor y sereno, como deben ser estos espacios donde se busca el descanso.
La habitación principal, que vemos arriba de estas líneas, cuenta con una decoración minimalista y sencilla pero sin caer en un ambiente frío y despegado, sino todo lo contrario: Cálido y acogedor.
El cabecero de la cama es una escultura de bronce envejecido que funciona como punto focal decorativo del espacio, ejerciendo de anfitrión.
En el dormitorio infantil, una solución de muebles a medida siempre apropiada para aprovechar de la mejor forma posible el espacio disponible, conforma el mobiliario infantil en una práctica litera, escritorio y estanterías a juego para que todo tenga lugar, mientras se aprovecha cada centímetro.
Dejando los dormitorios a un lado, entramos en el cuarto de baño, en el cual se sustituyó la bañera por un plato de ducha con una mampara de puerta corredera, se instaló un mueble de diseño de factura sobria que cuenta además con un recubrimiento de espejos e iluminación indirecta.
Todas estas soluciones hicieron posible ahorrar espacio y crear un baño práctico que ofreciera una mayor sensación de amplitud y claridad, con ausencia de exageraciones, y un ambiente acogedor, gracias al porcelánico de piedra empleado para revestir paredes en cálidos tonos tierra.
Bajando de nuevo a la planta baja, nos encontramos con la cocina. Un espacio donde prima la funcionalidad enmarcada por un estilo contemporáneo.
Líneas rectas, mucho blanco y una encimera de Silestone rojo, igual que el antepecho, añadiendo color y vida a la cocina, y creando un vínculo con el salón, donde también se emplean tonalidades de este color.
Para añadir la calidez necesaria, atributo necesario en todas las cocinas frías por naturaleza, se encargan la mesa diseñada a medida en roble, que refuerza el espacio de trabajo y hace las veces de office, y la gran fuente de luz natural que proporcionan los ventanales.
Para finalizar, pasamos al salón, donde empezábamos, para encontrarnos con un espacio elegante, practico y abierto donde los tonos neutros y cálidos de los textiles, muebles y paredes se complementan con total acierto con los acentos rojos, para dar lugar a un acogedor salón moderno, con una puesta en escena que destila buen gusto.
Un inteligente proyecto de interiorismo ejecutado por el estudio Laura Yerpes que nos deja con muy buen sabor de boca y con ganas de más. ¿Verdad?
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Fotografía Germán Cabo
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